Después de tres días de levantarme temprano, de sostener varias discusiones con Susana por motivos diversos, de lidiar con el tráfico tapatío a horas pico, de luchar contra la burocracia inmobiliaria, de intentar repartir más invitaciones, de asistir a la toma de posesión del nuevo titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, de ayudar a elaborar los recuerdos de la boda, de sentir que me voy a enfermar de gripa de un momento a otro…Por fin es viernes.
Y como buen viernes social, hoy en la noche me tomaré una cerveza bien helada en Los Famosos Equipales, rodeado de amig@s vari@s, todo ello cortesía del buen Compish que me está organizando un convivio-despedida.
Así que el estrés de estos últimos días previos a la boda, podrá diluirse con algunos tragos, mientras la cuenta regresiva continúa su marcha inexorable.
¡Salud!

