jueves, 30 de noviembre de 2006

De pasarelas, modelos y gente snob





Lugar:
Un local comercial vacío, en obra negra,
acondicionado con mesas de antro y salitas tipo
lounge, con iluminación, dj, meseros, hostess
y una pasarela al fondo



Ayer, mientras sostenía mi vaso de whisky y la música electrónica resonaba en mis oídos, la pasarela se iluminaba con los cuerpos esculturales de los modelos de Hermenegildo Zegna, que inauguraba su nueva sucursal en Plaza Galerías.

No había mucho que me llamara la atención… por lo menos no arriba de la pasarela. Lo interesante estaba abajo, entre la gente… la gente en sí.

Mientras las féminas dirigían miradas de éxtasis hacia los modelos, yo paseaba mi vista por sus rostros casi perfectos, enmarcados por cuidadas cabelleras y ajustados vestidos de noche.

También observé la dinámica de la noche: cómo los asistentes se agrupaban y comentaban entre sí, mientras los meseros iban y venían presurosos con las charolas llenas de bebidas. Por su parte los fotógrafos de sociales no perdían detalle de la pasarela y los modelos hacían gala de su presencia dando vueltas y mostrando sus mejores ángulos.

¿Y yo?

Yo en medio de todo eso, divertido, junto a la pasarela y con mi cámara en mano tratando de fotografiar al modelo que le había gustado a Jessica.

Al finalizar el desfile la noche siguió su curso entre tragos y gente snob “con arta presencia pero poca decencia” (Cachalote dixit) y muchos fresas renegados tratando de verse alivianados enfundados en sus jeans y camisetas.

Yo por mi parte daba cuenta de cuanto bocadillo pasaba a mi lado y de mi vaso de whisky que nunca terminé de vaciar gracias a la atención de un gentil mesero.

Y justo cuando la luz del flash quedó grabada en mi retina y nos preguntaban nuestros nombres para publicar la foto, recordé al buen Cachalote y su entrada “Me gusta leer sobre gente pedante”, tratando de imaginar lo que diría de mí cuando viera mi foto publicada en algún suplemento de sociales.

En fin, fue una buena noche. Claro que después de tanto glamour y de la foto obligada de Jessica con su modelo favorito, aterrizamos en el Red Pub a disfrutar de una Guiness helada…


martes, 28 de noviembre de 2006

Van 2 faltan 3

El ritmo acelerado de mi vida se ha mantenido constante, todo parece suceder ante mis ojos y a mi alrededor a una velocidad impresionante, como si el mundo entero estuviera en fast forward.
Y la sensación que he tenido durante estos últimos meses (¿el año completo quizá?) es que el tiempo no me alcanza para hacer todo lo que quisiera hacer. Mi blog, por ejemplo, las últimas entradas que he publicado no son más que síntesis de varios días en los que por una u otra razón no pude escribir.

No es que sea tan malo, pero es que de repente toda una vivencia llena de sonidos, colores y texturas queda reducida a unas cuantas líneas, perdiendo mucho de su esencia…

Hoy no es la excepción, hoy tengo muchas cosas por contar desde mi última entrada.

Para empezar tuve la oportunidad de conversar largamente con Any y aunque la quiero mucho y siempre me da gusto verla, creo que esa noche nuestra plática estuvo muy densa, rayando en lo amargo. Sin embargo fue una excelente oportunidad de desahogarme. Lo bueno es que quedamos de vernos pronto para tener una plática más ligera y relajante.

Después, siguió el turno del buen Compish y con nuestra respectiva cerveza en una mano y un plato de pretzels en otra, dimos cuenta de una larga serie de temas cotidianos en los que de una manera u otra coincidimos todas las veces, enriqueciendo nuestros puntos de vista y renovando los bríos para enfrentar la vida.

También platiqué con Susana. Fue una plática larga y espinosa pero muy satisfactoria. De esas en las que logras entender a la otra persona y que ella te entienda también. Ahora las cosas no podrían estar mejor.

El sábado empezó la FIL. Nuevamente la visita obligada en los espacios de tiempo disponibles y la experiencia deliciosa de sumergirse entre tantas obras maravillosas, una muestra de que el conocimiento enciclopédico es una hermosa quimera de nuestros tiempos. Mi admiración para aquellos que perseveran en esa meta imposible.

Finalmente, el domingo tuvimos una comida deliciosamente familiar. Susana, su hermana Rosalinda y su mamá fueron a la casa a pasar la tarde. Risas, comida mediterránea, uno que otro chiste, pastel y café hicieron que la tarde se deslizara de manera suave y tranquila. El colofón perfecto para el fin de semana.

Martes, dos menos. Por hoy he terminado mi trabajo. En unos instantes más iré rumbo a mi casa. Aún bajo el sol, el viento frío recorre la ciudad, que lentamente se viste de luces de colores anunciando la próxima Navidad y las vacaciones. La cuenta regresiva ha comenzado.

Buenas vibras para el Cachalote en su regreso a Guadalajara, mi corazón completo para Susana y saludos para todos.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Crónica de un domingo


Desperté temprano y desperté pensando en ella. Hubiera querido seguir durmiendo pero mi reloj biológico no hace excepciones los fines de semana.

Rutina dominical: compré los periódicos del día y me senté a desayunar mientras los leía. El mundo de cabeza y mi cabeza revuelta.

De regreso a mi cuarto y a la cama. Frío. Me envuelvo completamente y lentamente me empiezo a dormir de nuevo.

A lo lejos un sonido familiar. Un mensaje a mi celular que leo e ignoro mientras me vuelvo a envolver para evitar el frío. Orgullo malentendido y sueño intranquilo.

Por fin despierto con un mal sabor de boca y un hueco en el estómago. Termino de despertar frente a un plato de arroz mientras mi pensamiento brinca de una idea a otra. "No, no pienso llamarle".

Salgo de casa. El viento frío me recuerda que aún tengo algo de tos. Me dirijo a la oficina y el mundo virtual se despliega ante mis ojos.

Empiezo el tour en Indonesia y de ahí salto hasta el DF donde leo una crónica sobre un concierto de los Tr3s y de Cerati. Definitivamente un nuevo blog que añadir a mis favoritos: http://kaluz.blogspot.com/

Mi mente nuevamente me regresa a la realidad. La extraño. Las notas de Wild is the wind aparecen en mi recuerdo. Mil ideas en mi cabeza y ninguna sobre cómo remediar la situación. Una parte de mi manda todo al demonio, básicamente por no encontrar un remedio y otra parte se aferra al pulso de mi pecho que la llama.



viernes, 17 de noviembre de 2006

Buena onda el Calavera

Hoy viernes por la mañana, mientras sacaba las copias de la Síntesis Informativa en la chamba y estaba parado junto a la copiadora, me puse a hojear el suplemento del periódico Público: el Ocio. En esas estaba cuando descubrí una carta de una lectora hablando sobre el Calavera, carta que transcribo a continuación.

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BAR CALAVERA. BAR BUENA ONDA

HACE COMO tres jueves una amiga y yo, después de una generosa cena, decidimos tomarnos un vodka en el Bar Calavera. A la mitad de mi bebida me sentí mal, me desmayé y comencé a vomitar y vomitar; todo justo en medio de la muchedumbre que bailaba y tomaba cómodamente. Mi amiga me sacó a la terraza del bar todavía medio inconsciente, y rápidamente, varias meseras del lugar, en un gesto de amabilidad única, salieron a ayudarme, me limpiaron y me dieron agua mientras verificaban mi salud, incluso preguntando si llamaban a alguna ambulancia. En el desmayo, mi bolso cayó, y varias personas, desconocidas pero ahora amigas, se dieron a la tarea de reunir todas mis cosas del suelo y salieron a buscarme para regresarlo. Hasta ahora puedo dejar mi timidez, después de tremendo “oso”, para agradecer al Bar Calavera por sus atenciones esa noche. Las meseras, una rubia y una morena, se portaron como verdaderas amigas, incluyendo a las personas que me ayudaron con el bolso. Resulta que algo que cené me intoxicó severamente, eso dijo el médico un día después. Todavía pienso esperar unos dos meses para regresar por otro vodka al bar, ya saben, por la vergüenza (soy tapatía), pero seguro lo haré, y lo recomendaré como una admiradora de su servicio. Gracias a todos, por la solidaridad que sentí de tantos que no me conocen, pero que sin pensarlo dos veces, extendieron su mano y me sostuvieron. [María Michel

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¡El Bar Calavera se anota otro tanto!

Disgusto

Llegué más tranquilo a mi habitación. Mi cuarto frío y oscuro me dio la bienvenida en la noche, justo antes de encender la luz y la televisión mientras me preparaba para dormir. Me dormí de inmediato y desperté antes de lo que hubiera querido, pero el sonido de la alarma me urgía a levantarme.

De camino al trabajo estuve pensando en ella, en que iría rumbo a no sé qué lejano pueblito a visitar no sé qué olvidado juzgado, envuelta en una chamarra y dormitando, mientras la camioneta se alejaba de Guadalajara.

Me molesté con ella anoche. Su actitud logró exasperarme, sobre todo después de una tarde y una cena tranquilas. El camino de regreso a su casa transcurrió en completo silencio y apenas y nos despedimos.

A veces creo que sería mejor si controlara mejor sus reacciones, claro que ejercitar mi paciencia ayudaría también. Sin embargo a veces siento que estira demasiado la liga, tal vez pensando que nunca se va a romper o que aguanta demasiado.

Comunicación. Comunicación, inteligencia y mucha paciencia. Alguna vez se lo decía a un buen amigo y creo que es tiempo de que yo también lo aplique.

lunes, 13 de noviembre de 2006

De vuelta


“Sin internet el mundo virtual se detiene”, dice el buen Cachalote y tiene razón. A casi un mes de distancia de haber publicado mi última entrada, hoy por fin estoy de vuelta con ustedes.

En estos días de ausencia fui a un encuentro espiritual, tuve dos semanas de vacaciones, se me venció mi licencia de conducir (no la he refrendado), preparé pizzas un domingo por la tarde, renové mi credencial del IFE (todavía no la recojo), ayudé a organizar un ciclo de conferencias, me compré una computadora de escritorio (bieeeen chida!), tuve el mal gusto de enfermarme de tos y gripa (todavía) y, finalmente, regresé a trabajar el miércoles pasado envuelto de pies a cabeza como esquimal.

En fin, la vida sigue su ritmo inexorable y ya casi estamos en Navidad (aunque el ‘espíritu navideño’ se hizo presente en muchos negocios desde principios de octubre) y unos cuantos días después, estaremos estrenando año, buenos propósitos y muchas deudas…

Así que por lo pronto les dejo un saludo a todos, esperando se encuentren bien donde quiera que me lean, mientras van preparando sus buenos propósitos para el próximo año 2007.

Cuídense!



P.D. Saludos especialmente al buen Cachalote que está a punto de emprender un viaje de magnitudes colosales que sería la envidia de Ulises y su Odisea. Será bueno verte de regreso por acá aunque sea por unos cuantos días.