Ayer en la noche visité una conocida taquería con nombre de colonia... (ya pues, Tacos Providencia, para no darle tantas vueltas) y cené unos deliciosos tacos al pastor con queso que me dejaron más que satisfecho. Satisfecho por el sabor de la carne y del queso, que superaron con mucho mis expectativas culinarias.
Y mientras engullía con fruición cada bocado, me dediqué a observar las otras mesas de comensales, algunas con dos o tres y la mayoría con grupos de hasta 6 personas que departían alegremente entre cada tanda de taquitos.
Y observando y pensando, llegué a la conclusión que ir a cenar solo también tiene sus ventajas, como por ejemplo, que siempre hay mesa para uno y no tienes que esperar a que te asignen lugar como cuando vas con 4 personas más.
También evitas el parloteo que, la mayoría de las veces, permite que se enfríe desagradablemente tu comida; además la cuenta te sale a la mitad (te ahorras el gasto de tu acompañante) y te quedas con todos los dulces que te traen con la cuenta.
Pequeñeces tal vez, pero que hicieron más agradable mi cena en solitario.
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1 comentario:
ay yo muero por unos tacos al pastor... y mas si vas solito, te acompaño??? tomate un vuelito y nos vemos afuera de la estacion de Earls Court jejejeje...
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