miércoles, 7 de mayo de 2008

De regreso finalmente

Es increíble lo que puede suceder cuando pones unos cuantos kilómetros entre ti y tu vida regular, cuando te alejas lo suficiente como para olvidarte de la rutina, del ruido y del smog, e incluso, del celular.

Así me sucedió esta vez, pues apenas ayer por la noche regresé de pasar tres días en Maruata, donde disfruté de un sol tibio y una calma chicha, mientras las caguamas heladas bañaban generosamente cada plato de camarones que comí frente al azul del mar.

Incluso me tocó apagar las velitas de mi pastel de cumpleaños allá, que no eran otra cosa que unos cuantos cerillos sobre un par de pinguinos marinela, pero eso sí, el detalle y la sopresa fueron inmejorables.

De hecho hubo mucha gente que me llamó (muchas gracias, neta) para felicitarme, pero al estar fuera del área de servicio no pude recibir ninguna llamada. Ya para cuando venía de regreso en carretera, ayer martes, recibí las primeras felicitaciones de quienes siguieron insistiendo en encontrarme (gracias otra vez) y saber cómo estaba. Siempre es agradable saber que hay gente que se acuerda de uno.

Y bueno, tengo que mencionar que desafortunadamente me topé de frente con nuestra realidad citadina y fue un shock bastante fuerte, pues pude apreciar los terribles defectos de los que adolece nuestra querida ciudad: basura, smog, caos vehicular, ruido y mucha agresividad por todos lados.

Pero bueno, sé que esta impresión negativa se irá diluyendo con el paso de los días en lo que me reintegro a la rutina, aunque ahora vengo con las baterías recargadas para hacerle frente por un buen rato... espero (ja!).






P.D. Por cierto que tomé algunas fotos del 'dedo de Dios' y de los riscos, espero subirlas después.

2 comentarios:

Cachalote dijo...

Ahora puedes imaginarte, tu que después de unos días regresaste al bullicio y casi te vuelves loco... cómo crees que me puse yo después de 2 años y cacho de paraiso, y de pronto regresar a esto...
A todo se acostumbre uno carnal, menos a no comer.

Saludos viejito carajo, y mucha suerte con el regreso!

kaluz dijo...

cada vez que regreso al DF, me pasa lo mismo...
pero en fin, siempre he sido provinciana