La nostalgia de estos días por fin parece amainar. El embate fue duro, más que otras veces, pero por fin entre las nubes se ve uno que otro rayo de luz.
¿Te acuerdas? Hace algunos años, para cuando llegaba este día las ojeras eran más que evidentes después de tantas trasnochadas. Eran días felices y despreocupados, llenos de pequeñas sorpresas y situaciones afortunadas…
Como siempre, la rutina diaria ayudó bastante. Además mi otro yo, ese con el que entablo diálogos internos, fue implacable conmigo. Volvió a recordarme que lo difícil de tomar una decisión era vivir con las consecuencias.
Te imagino ahí, en medio de esa vorágine calculada, rodeada del glamour y de las poses, de los apellidos más conocidos del medio. Con tu sonrisa cálida y un nuevo brillo en los ojos, mientras tu voz encuentra un nuevo eco.
Aún así, los recuerdos brotan envueltos en suspiros. Incluso los siento revolotear en mi interior como minúsculas alas de mariposa que cosquillean por dentro.
Como si mirara en un aleph, en mi cabeza conviven, vertiginosamente y a un tiempo, toda tú y todo yo… tu voz resuena nuevamente… tu calor… tu olor… el brillo de tus ojos.
¿Dejarán de hacerlo algún día?
¿Te acuerdas? Hace algunos años, para cuando llegaba este día las ojeras eran más que evidentes después de tantas trasnochadas. Eran días felices y despreocupados, llenos de pequeñas sorpresas y situaciones afortunadas…
Como siempre, la rutina diaria ayudó bastante. Además mi otro yo, ese con el que entablo diálogos internos, fue implacable conmigo. Volvió a recordarme que lo difícil de tomar una decisión era vivir con las consecuencias.
Te imagino ahí, en medio de esa vorágine calculada, rodeada del glamour y de las poses, de los apellidos más conocidos del medio. Con tu sonrisa cálida y un nuevo brillo en los ojos, mientras tu voz encuentra un nuevo eco.
Aún así, los recuerdos brotan envueltos en suspiros. Incluso los siento revolotear en mi interior como minúsculas alas de mariposa que cosquillean por dentro.
Como si mirara en un aleph, en mi cabeza conviven, vertiginosamente y a un tiempo, toda tú y todo yo… tu voz resuena nuevamente… tu calor… tu olor… el brillo de tus ojos.
¿Dejarán de hacerlo algún día?
1 comentario:
no.
idem.
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