Hoy fui a donar sangre y contrario a las veces anteriores, fue un calvario burocrático que nos tuvo a mi hermano y a mi esperando más de 7 horas para poder lograrlo.
Todo empezó temprano, pues me levanté antes de las 6 de la mañana para así poder estar en el Banco de Sangre del Centro Médico de Occidente desde que abrieran y poder llegar a tiempo a trabajar.
La sorpresa fue que cuando llegamos había una multitud de personas esperando hacer lo mismo, así que de fila en fila y esperando hora tras hora, nos entregaron nuestra ficha, luego una papeleta que teníamos que llenar con nuestros datos y los del paciente, esperar a que nos tomaran la presión, esperar a que nos entrevistara un médico, esperar a que nos tomaran la muestra de sangre, esperar los resultados preliminares y, finalmente, pasar a donar...
El trámite completo nos tomó toda la mañana y ni él ni yo pudimos ir a trabajar. Eso sí, mientras nosotros nos moríamos de hambre, a eso de las 11 am. los doctores y enfermeras no tuvieron empacho en suspender actividades y ponerse a desayunar. Claro, a nadie le gusta malpasarse.
Finalmente, Michel y yo terminamos desayunando el mísero sandwich y la naranjada (lo admito, nos supo a gloria) que nos dieron cerca de las 2 de la tarde. Así que cuando finalmente nos entregaron las papeletas correspondientes, decidimos ir a comer unos sabrosos camarones para terminar de llenarnos.
miércoles, 6 de agosto de 2008
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1 comentario:
te digo que el IMSS es deprimente, deprimente....
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