Ayer todavía me sentía raro, como con media pila, posiblemente por lo de la donación de sangre y porque no había comido muy bien que digamos (tenía que haber tomado muchos líquidos y frutas y verduras).
De cualquier forma Hugo y yo le caímos a la inauguración de "Nadie recuerda todo" en el Museo de la Ciudad, donde pudimos tomar un poco de vino tinto y platicar un buen rato con Marcel y Uxune.
De ahí le caímos al Café André Bretón donde disfrutamos una vez más del performance de Pneumus que, literalmente, puso a todos a bailar.
Un buen remate para un día largo, donde sólo me sostenían en pie las ganas de disfrutar la noche...
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1 comentario:
y astè rtebien acompañado no? jajaja, que bueno que te sentìas malito, te imaginas si te sentìas bien? mi madre!!!
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