jueves, 14 de febrero de 2008

Mi paleta de piña

Hoy fui a pagar la luz del departamento, así que me encaminé rumbo a Zapopan a buscar la sucursal a la que pertenecemos por zona. Sin tener una idea clara de dónde estaba la famosa sucursal, llegué hasta Santa Cecilia donde sin más, la encontré en una esquina, justo cuando estaba a punto de preguntar dónde quedaba.

Una vez frente al Cefemático (o cajero automático de la CFE) me di cuenta de que necesitaba cambio, pues un amable letrerito advertía que la máquina sólo regresaba $49 pesos. Extraña cualidad que no quise experimentar, pues traía un billete de quinientos pesos y quería que me devolviera todo mi dinero... (¿se quedaría con más de $200 pesos y sólo me devolvería $49?, ¿en vez de dar un cambio de $5 pesos, también daría $49?, misterio insondable).

Así pues, decidido a proteger mi patrimonio crucé la calle y compré una paleta de hielo de piña. Hacía mucho tiempo que no saboreaba una y esta vez me supo deliciosa. Después de pagar la luz y recibir cambio de $12 pesos (¿no que sólo daba $49?), la paleta hizo que mi trayecto de regreso a la oficina fuera diferente a otros días. Hasta lo disfruté.



La mía era de piña...

3 comentarios:

Miss B. dijo...

Yo te recomiendo el jugo de piña... más detalles en el mío blog (post del 30 de enero)
saludos!

Doppler dijo...

Interesante cuestión digna de ensayo y error... lo tendré en cuenta. Gracias.

Pillo dijo...

jajajajajaja..la foto me encantó...