jueves, 31 de julio de 2008

Vade retro

Hoy por fin, después de una semana, fui a recoger mi carro del taller. Habían quedado de hablarme cuando estuviera listo pero como nunca lo hicieron, yo estuve llamando hasta que me dijeron que podía pasar por él (duró justo una semana, de jueves a jueves).

Fui antes de las 4 pm. que entro nuevamente a trabajar y acompañado de mi madre para que ella se regresara manejando el carro en el que fuimos. Una espera de más de media hora y finalmente hizo su aparición: el frente perfectamente pintado y recién lavado (a las carreras, pero lavado).

Otros 15 minutos en lo que firmaba de entregado y buscaban al chavo que traía las llaves, pues con la cantidad de clientes que llegan es difícil que permanezcan en el mismo lugar más de 5 minutos. Total, por fin me entregaron las llaves y nos fuimos.

Cuando finalmente llegué a la oficina y al estarlo estacionando, me acordé de que no había revisado la parte de atrás y oh sorpresa, la defensa trasera tenía marcas de que le habían dado un '"llegue" y la pintura estaba toda dañada.

10 minutos más tarde y después de una llamada telefónica, estaba nuevamente en camino a Los Pinos (atrás de Plaza Galerías) para que revisaran el carro. Abraham, el chavo que me atendió desde la primera vez lo revisó y me dijo que efectivamente le habían dado un golpe, así que nuevamente se los dejé con la promesa de que me lo entregan el próximo lunes...

Total, por amabilidad no quedó pero la verdad es que el servicio deja mucho que desear. En fin, a ver qué tal queda, porque eso de estarse dando vueltas hasta allá no es onda.

Ya ni les digo que después de dejarlo por segunda vez, y ya cuando venía de regreso, me di cuenta de que había dejado mis lentes en la visera del carro y tuve que volver por ellos... definitivamente no fue mi tarde.



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