domingo, 19 de noviembre de 2006

Crónica de un domingo


Desperté temprano y desperté pensando en ella. Hubiera querido seguir durmiendo pero mi reloj biológico no hace excepciones los fines de semana.

Rutina dominical: compré los periódicos del día y me senté a desayunar mientras los leía. El mundo de cabeza y mi cabeza revuelta.

De regreso a mi cuarto y a la cama. Frío. Me envuelvo completamente y lentamente me empiezo a dormir de nuevo.

A lo lejos un sonido familiar. Un mensaje a mi celular que leo e ignoro mientras me vuelvo a envolver para evitar el frío. Orgullo malentendido y sueño intranquilo.

Por fin despierto con un mal sabor de boca y un hueco en el estómago. Termino de despertar frente a un plato de arroz mientras mi pensamiento brinca de una idea a otra. "No, no pienso llamarle".

Salgo de casa. El viento frío me recuerda que aún tengo algo de tos. Me dirijo a la oficina y el mundo virtual se despliega ante mis ojos.

Empiezo el tour en Indonesia y de ahí salto hasta el DF donde leo una crónica sobre un concierto de los Tr3s y de Cerati. Definitivamente un nuevo blog que añadir a mis favoritos: http://kaluz.blogspot.com/

Mi mente nuevamente me regresa a la realidad. La extraño. Las notas de Wild is the wind aparecen en mi recuerdo. Mil ideas en mi cabeza y ninguna sobre cómo remediar la situación. Una parte de mi manda todo al demonio, básicamente por no encontrar un remedio y otra parte se aferra al pulso de mi pecho que la llama.



1 comentario:

Cachalote dijo...

Una vez en una discusión afirmé (y me quedó en la mente como una marca de bala):

..."Todos sabemos que en el juego de las relaciones siempre hay uno que da más que lel otro... pero amar es precisamente olvidar cuál parte estás protagonizando"...

Orgullo a un lado mi morle... mucha suerte!

Atte:
Cachalote

PD
Chale... mi peores problemas con comunicólogos han sido por falta (o exceso) de comunicación...
No se supone que eso aprendimos a hacer en la escuela?...
Ni Matelart, ni Bordieu, ni la pinche teoría de la aguja hipodérmica tienen contemplado la ebullición de espíritu al borde...