jueves, 8 de marzo de 2007

Vuelo vespertino


Cierro los ojos. Extiendo mis brazos y lentamente emprendo el vuelo a través de mi ventana.

El viento acaricia suavemente mi rostro, la ciudad empequeñece y escucho el murmullo de las hojas moviéndose cuando paso cerca de los árboles.

Sonidos citadinos se aglomeran en mis oídos, pero decrecen conforme subo hacia el azul infinito…

Felicidad.

Libertad…

Abro los ojos. El cursor parpadeante en el monitor de mi computadora me da la bienvenida.

El vuelo ha terminado.

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