No cabe duda que Dios es grande y misericordioso. Hoy me di cuenta de que dejé el carro sin seguros (las dos puertas) y sin alarma… y no me faltó nada ni se lo llevaron.
Así se quedó toda la noche de ayer y mediodía de hoy, tal vez porque venía cansado de manejar de regreso desde Querétaro y ya quería dormir.
Como me fui en la mañana con Susana al trabajo, pues no me di cuenta sino hasta que regresé a comer y justo cuando ya me venía para acá.
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2 comentarios:
Así es el angel de la guarda, que padre...
sí! la neta... qué suerte corriste... espero que pronto nos veamos! un besote! chao!
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