Recuerdo que lo primero que me dijo fue que estaba muy triste porque uno de sus sueños no se iba a realizar jamás. Cuando le pregunté por qué, Angélica me explicó que un avión se acababa de estrellar en una de las Torres Gemelas de Nueva York y que ya no las podría visitar.
Después nos despedimos y desde entonces no la he vuelto a ver. Hoy podría decirle que tenía mucha razón: ese mismo día, un poco más tarde, se estrellaría un segundo avión en la otra torre con los resultados que todos conocemos.
Hace seis años de eso y el mundo nunca volvería a ser el mismo. Seis años y todavía recuerdo esa mañana…
2 comentarios:
Yo me había puesto una pedota una noche antes en una de las fiestas de la licuadora. Me despertó la chacha super alarmada con lágrimas en los ojos... ahí fue cuando entendí que la tragedia no tiene ni frontera ni nacionalidad... aunque alla quien siga pensando que si.
Saludos mi george
Atte:
Cachalote
Changos...
(no tengo mucho qué decir a estas alturas de la vida)
principesa
Publicar un comentario