La historia verídica de tu cuerpo

El primer triunfo fue presentirte. Por mucho tiempo ésa ha sido la batalla: imaginarte le ha dado tantas formas a tu cuerpo.

Desde el desierto del mar –ese otro páramo de arenas verdes- la sangre ya te sabía. La saliva te adivinaba en las estelas bravas de las olas, cuerpos de mujeres voluptuosas que cantan, con un hambre de sexo, un sabor de sal aún no dominada.

La geografía virgen de tu tierra se corresponde con el oleaje de mi sangre: tu mar de alba existe y excita la sangre de mi lengua por escribir la aventura, la victoria y su leyenda, que en zaga me prometen la isla de tu cuerpo. Isla que existe: te nombro y en las manos me vibra y asombra el rumor de tu nombre, La Biennacida.

Sé que escribo para alentar al viento. Para alcanzar tus umbrales, cada día es una guerra contra el mar de los aires. Perdido, cada noche sueño con la escama de plumas, con la roca de espumas que estallan en holandas de furia: ajuares de la virgen, La noche, con su alcohol de estrellas, me resuelve el enigma del viaje. Fósforo impulsivo del azar.

Hoy heme aquí, levanto este escrito como un clamor. Extraño en mi casa, por desparramar mi vida, anhelé el viaje de esta aventura. Por consecuencia, la isla de tu cuerpo será la piedra que emerja en los horizontes del Sur. Ahí mis cantos, punto naciente de fuegos criollos por el rumor de un nuevo día.

No dejaré de escribir hasta tanto no haya reposado el asta erecta de mi consuelo en la carne profunda y dulce de tus arenas.



Estos versos forman parte del libro “La historia verídica de tu cuerpo” escrito por Miguel Reinoso y que fuera presentado ayer por la noche en la Capilla Elías Nandino del Ex Convento del Carmen.

Libro altamente recomendable, escrito en prosa poética, que nos describe desde el fin del mundo (“Fin del mundo que es mi cuerpo solitario”) el viaje, la exploración de ese territorio desconocido, y mil veces anhelado, que representa el cuerpo de la mujer deseada.

Palabras con sal y arena. Cantos de esperanza y de batalla. De lucha y de conquista por los caminos de la cartografía de una piel, una piel femenina que se extiende más allá del horizonte.

Y que van muy bien, por cierto, con la tónica de estos últimos días…