Amanecí mejor de la tos y de la gripa, aunque llegué tarde al trabajo porque me desperté a las 7:40 am., lo bueno fue que no hubo mayor problema.
El día transcurrió tranquilo y desayuné bastante rico. Por la tarde hablé con mi suegra por teléfono para ver cómo estaba y si había logrado comunicarse con Susana, de quien más tarde me llegaron varios mensajitos. Está bien y al parecer muy a gusto, pues andaba nadando con delfines en ese mismo momento. Ya veremos después las fotos de su viaje...
Después de eso y de escribirle un mail muy séntido, lleno de melcocha, quedé mucho más tranquilo. De todas formas tengo tarea pendiente: algunas ideas que reflexionar, ecos de una plática matutina con estrellita marinera.
Por lo pronto me retiro, ya hace hambre.
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