martes, 12 de diciembre de 2006

Otras ventanas, otros mundos

Hoy la mañana se estira lentamente, aletargada por el frío, mientras se coloca, como un gato perezoso, bajo el tibio rayo de sol que entra por mi ventana.

Abajo, a unos metros de distancia, la vida sigue su ritmo normalmente. Carros, ruido, personas que van y vienen con sus abrigos, cobijando pendientes y preocupaciones. Brillos de sonrisas ocasionales y uno que otro paquete que alberga en sus entrañas una promesa, mientras el cielo se extiende pleno y radiante sobre nuestras cabezas.

La vida en el exterior sigue, ajena a mí, mientras los minutos atrapados al interior de mi ventana desfilan interminables a mi alrededor.

Ecos de voces familiares pero lejanas resuenan en mis pupilas. Otro mundo se despliega en esa otra ventana a la que ahora me asomo…

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