Eso de casarse no siempre trae cosas buenas, y es que resulta que con eso de los preparativos de la boda y del cambio de domicilio, más la llegada de visitas familiares, tuve muy poco tiempo para mover mis cosas al departamento.
De hecho alcancé a hacer muy pocos ‘viajes’ de acarreo, tan sólo parte de mi ropa, discos, libros y enseres de aseo personal. Lo demás sigue en mi antigua habitación junto con algunos libros y papeles que van desde actas de nacimiento y estados de cuenta hasta mis recibos de nómina del trabajo.
Y he aquí el meollo del asunto, hace unos días cuando hice repaso mentalmente de las cosas importantes o de valor que había dejado en casa de mi madre, fui inmediatamente a recoger mi iPod y algunas otras cosas que logré hallar, porque obviamente todo estaba fuera de su lugar después de un (fatídico) reacomodo materno que envió directamente a la basura algunas facturas, recibos, tarjetas de presentación y diversos post it con anotaciones importantes para mí. Todo con el afán de dejar la habitación lista para recibir huéspedes.
Lo malo (pésimo, mejor dicho) es que mi madre tiene la asombrosa capacidad de convertir en basura todo aquello que llega a sus manos y que no tenga utilidad práctica para ella. Así, se han ido a la basura desde aparatos telefónicos en buen estado, hasta refacciones automotrices y (ahora lo sospecho) mis boletos al concierto de Soda Stereo en el estadio de la Autónoma.
En fin. Con más pesadumbre que indignación iré a revisar si mis sospechas son ciertas, pues dejé mis dos indefensos boletos de Ticket Master dentro del sobre publicitario. Situación inminentemente trágica cuando te vas y no regresas en casi un mes.
Ahora sí que ni llorar es bueno.
De hecho alcancé a hacer muy pocos ‘viajes’ de acarreo, tan sólo parte de mi ropa, discos, libros y enseres de aseo personal. Lo demás sigue en mi antigua habitación junto con algunos libros y papeles que van desde actas de nacimiento y estados de cuenta hasta mis recibos de nómina del trabajo.
Y he aquí el meollo del asunto, hace unos días cuando hice repaso mentalmente de las cosas importantes o de valor que había dejado en casa de mi madre, fui inmediatamente a recoger mi iPod y algunas otras cosas que logré hallar, porque obviamente todo estaba fuera de su lugar después de un (fatídico) reacomodo materno que envió directamente a la basura algunas facturas, recibos, tarjetas de presentación y diversos post it con anotaciones importantes para mí. Todo con el afán de dejar la habitación lista para recibir huéspedes.
Lo malo (pésimo, mejor dicho) es que mi madre tiene la asombrosa capacidad de convertir en basura todo aquello que llega a sus manos y que no tenga utilidad práctica para ella. Así, se han ido a la basura desde aparatos telefónicos en buen estado, hasta refacciones automotrices y (ahora lo sospecho) mis boletos al concierto de Soda Stereo en el estadio de la Autónoma.
En fin. Con más pesadumbre que indignación iré a revisar si mis sospechas son ciertas, pues dejé mis dos indefensos boletos de Ticket Master dentro del sobre publicitario. Situación inminentemente trágica cuando te vas y no regresas en casi un mes.
Ahora sí que ni llorar es bueno.
2 comentarios:
Llama a ticket aster y explicales la situación... creo que muchas veces ticket masster te da un seguro por robo y pérdida.
Nada pierdes y podrás ganar tus boletos de retorno
Saludos carnal!
atte:
Cahcalote
Hey, eso no lo sabía pero lo voy a intentar.
El voucher creo que también debió pasar a mejor vida, pero siempre puedo pedir un estado de cuenta (con el pago a Ticketmaster) y ver qué se puede hacer.
Muchas gracias por el tip...
Publicar un comentario